Así ha evolucionado el Autódromo Hermanos Rodríguez
Considerada la «Catedral» del automovilismo mexicano, el Autódromo Hermanos Rodríguez ha sido testigo de hazañas de pilotos legendarios de las diversas categorías que han surgido con el paso del tiempo, en las diferentes modalidades que el circuito ha presentado.
Ubicado en la Ciudad Deportiva Magdalena Mixhuca de la Delegación Iztacalco, en el oriente de la Ciudad de México, el circuito de carreras ha sufrido diversos cambios que, para mejorar la seguridad sin perder el espectáculo, han hecho que su dificultad al transitar sea única para las categorías que han pasado por él en sus 57 años de historia.
LOS ORÍGENES
El trazado original fue diseñado por el Ing. Oscar Fernández Gómez Daza en 1955, en lo que según sus palabras era su proyecto de tesis para graduarse de la carrera de Ingeniería Civil, por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Dos años más tarde, como propuesta del entonces encargado de la Secretaría de Obras del Distrito Federal, el Ing. Gilberto Valenzuela, hacia el presidente Adolfo López Mateos, un amante del deporte motor, se inició la construcción del circuito en la zona del Ejido de la Magdalena Mixhuca, terminando en 1959. El 20 de diciembre de ese año se celebraron los “500 Kilómetros de la Ciudad de México”, evento de coches deportivos ganado por Pedro Rodríguez.
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El trazado del Autódromo medía 5 kilómetros y se componía de 14 curvas, siendo las “Esses”, la “S del Lago” y la “Peraltada” (usada también como meta) las más desafiantes; al final de la recta principal, la primera variante, con forma de “gancho”, marcaba un adelanto de las altas velocidades que se podían alcanzar y, tras la segunda recta, los pilotos se enfrentaban a una horquilla que antecedía a la famosa sucesión de curvas izquierda-derecha.
La joven serie CART incluyó a México en su calendarios de 1980 y 1981, pero utilizando un recorrido más corto, que constaba de nueve curvas y poco menos de 4 km. de extensión.
LA PRIMERA RENOVACIÓN
En los últimos 30 años, las instalaciones del Autódromo se han modificado, desde la forma más mínima hasta la más radical, para estar sujeta a las necesidades de las diferentes categorías de automóviles que lo han visitado.
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El primero ocurrió en 1986, cuando el Gran Circo inauguró su segunda etapa, en la que además de reforzar medidas de seguridad, se recortó el camino de las curvas intermedias para crear la “Zona del Estadio” y se introdujeron las tres variantes que conforman el “Complejo Moisés Solana”; su longitud total quedó en 4.421 km. De la misma forma, el World Sportscar Championship utilizó, de 1989 a 1991, el camino de 14 variantes.
Después de que la Fórmula 1 abandonara nuestro país llegó, en 1997, el Foro Sol, escenario de eventos de béisbol y eventos musicales que también fue parte de los cambios que introdujo CART/Champ Car, cuando formó su regreso en 2002, al sustituir a la mitad de la “Peraltada” con una serie de tres curvas, llegando a un total de 17, que sumaban un total de 4.483 km.
La icónica curva reapareció para 2006 y 2007, no sin antes colocar una chicana metros antes por seguridad, para quedar en 4.464 km., siempre con 17 variantes.
La segunda división nacional de NASCAR, conocida primero como Busch Series y después como Nationwide Series, organizó competencias de 2005 a 2008 y, aunque utilizó la “Peraltada”, se añadió en las dos primeras ediciones una “chicana” en la recta principal para evitar altas velocidades que pudieren crear fallas en los frenos.
Además de omitir la “Zona del Estadio”, usando una curva al final de la recta trasera que dirigía de inmediato a las “Esses”, mismas que los organizadores consideraron en sus libros de estadísticas como una sola curva, por lo que primero se constituyó de 10 variantes y después de ocho.
De 2005 a 2008, la Grand Am Rolex Sports Car Series también visitó el país; la primera edición acompañó a Champ Car y utilizó su mismo trazado, pero en los siguientes tres años adoptó el de NASCAR, a excepción de las modificaciones de la recta principal.
LA NUEVA ETAPA DEL AUTÓDROMO
Así llegó, en octubre de 2014, la remodelación total del complejo, con el fin de consolidar el retorno de la Fórmula 1, serial que junto con el World Endurance Championship, hacen uso de la pista de 17 curvas y 4.304 km; además de ciertos ajustes a la recta principal, el regreso de la “Zona del Estadio” y cambios en el radio de giro en las “Esses”, el Foro Sol volvió a escena, al colocar tres variantes dentro de ella.
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La Fórmula E también tiene a la Ciudad de México en su calendario, aunque utilizan una versión de 2.092 km y 18 curvas, centrándose en la zona del “Óvalo” que ha empleado NASCAR México.
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