Autos inseguros se venden sin restricciones en América Latina

autos • jul. 03, 2016

Pese a los estudios que realiza la LatinNCAP sobre el nivel de seguridad que ofrecen los autos que se comercializan en Latinoamérica, estos continúan exhibiéndose en los concesionarios sin restricción alguna ¿A quién debemos culpar?

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De acuerdo con el informe realizado por Consumers International, ‘’Autos más seguros para América Latina’’, aquellos vehículos que logran un bajo puntaje en pruebas internacionales de seguridad, no llegan a comercializarse en Europa o Estados Unidos. Sin embargo, sorprendentemente, estos sí sobrepasan la valla de requisitos que se imponen en la región.

En otras palabras, los patrones de seguridad que figuran en los países latinoamericanos son menos exigentes que los de Europa, Norteamérica o Japón. Esto a pesar de que la demanda de autos nuevos en Brasil y México ha aumentado de forma significativa.

Por supuesto, este desbalance se ve reflejado en la cantidad de accidentes vehiculares que se producen. Según la Organización Mundial de la Salud, los países de altos ingresos registran 8,7 muertes por cada 100,000 incidentes, mientras que los países de ingresos medios alcanzan 20,1.

¿Y QUIÉN ES EL RESPONSABLE?

Antes de acusar a una sola entidad, debemos replantear la pregunta a quiénes son los responsables. Sí, el problema de la seguridad sobre los modelos que se comercializan en la región es un problema múltiple que incluye al fabricante, al gobierno y al comprador.

En primera instancia, hablemos sobre la responsabilidad que tiene el fabricante de autos, el cual hace caso omiso de las normas que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) establece sobre reforzar el equipamiento y la carrocería de los vehículos en caso de colisión.

autos inseguros — Según la OMS, los países de ingresos medios registran 20,1 muertes por cada 100,000 accidentes

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Luego, tenemos la participación del gobierno en el problema. Es cierto que las industrias pueden –aunque no deberían- continuar produciendo autos con bajo nivel de seguridad; sin embargo, es responsabilidad de cada estado contar con legislaciones que velen por la seguridad de sus ciudadanos.

Finalmente, como tercer responsable está el consumidor. Si las personas interesadas en adquirir un auto no se informan previamente sobre el nivel de seguridad que ofrecen los modelos, no podemos culpar a otros de algo que también está al alcance de un clic.

‘’SEGURO ES COSTOSO’’

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Es probable que esta idea salte a tu cabeza por el simple hecho de que, para algunas marcas, elevar el nivel de equipamiento implica una mayor inversión por parte del comprador. Así por ejemplo, encontramos que las versiones ‘’full equipo’’ de un modelo varían, en el punto de la seguridad, en un mayor número de airbags o, peor aún, la inclusión de estos al vehículo.

Por suerte, también está la otra cara de la moneda ya que, para otros fabricantes, escatimar en el nivel de seguridad no es posible y la diferencia entre una versión y otra es por un asunto tecnológico o de potencia.

Teniendo todo esto como premisa, hay algo que no queda claro ¿cuál es el costo real de estandarizar la seguridad en un coche? Según el estudio realizado por la GlobalNCAP, el valor monetario de agregar un airbag y de reforzar la carrocería de un auto es de 200 dólares. Asimismo, el costo de incluir el sistema de frenos ABS y ESC (control electrónico de la estabilidad) en conjunto, oscila entre los 75 y 100 dólares.

PLANTEANDO SOLUCIONES

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No podemos acusar a nadie pero sí consideramos que es nuestro deber exigir un nuevo replanteamiento de los actuales requisitos técnicos vehiculares que existen en ciertos países latinoamericanos. La decantación de unidades que ingresan al país con un bajo nivel de seguridad debe iniciarse.

Asimismo, es imprescindible empaparnos de información antes de adquirir un vehículo. Ir a ciegas a un concesionario y dejarnos llevar por el diseño, el desempeño o la alta tecnología que pueda incluir un modelo, no siempre resulta beneficioso. Hagamos de la seguridad que ofrece un vehículo, nuestra prioridad.