Dejar de conducir puede transformarse en un problema para personas mayores

Ancianos abr. 07, 2015

Un estudio de la Universidad de Columbia, Misuri, Estados Unidos, da cuenta de que aunque solo un cónyuge en un matrimonio de la tercera edad deje de conducir, se pueden producir consecuencias negativas para ambos.
Según las conclusiones a las que llegó el equipo comandado por la doctora Angela L. Curl, “La capacidad de conducir puede ser crucial en la autoestima de una persona, así como una importante expresión de su independencia. Cuando los ancianos dejan de conducir, debido a la edad o a un problema de salud, su bienestar emocional puede disminuir como resultado de sus mayores dificultades a la hora de mantener relaciones sociales, acudir a trabajar si aún no se habían retirado, o realizar, ya jubilados, actividades de voluntariado, en todos los casos en los que conducir su automóvil se lo hacía más fácil.”
Los investigadores descubrieron que cuando uno de los cónyuges dejaba de conducir, ambos pasaban a tener menos probabilidades de seguir haciendo ciertas cosas como por ejemplo actividades de voluntariado. Las personas que se hallan a punto de tomar la decisión de dejar de conducir piensan a menudo que su cónyuge compensará su incapacidad para ello. Sin embargo, en la investigación, el equipo de Curl encontró que contar con un cónyuge aún capaz de conducir no elimina por completo las consecuencias negativas de dejar de hacerlo.

Tales consecuencias son experimentadas por los dos: el que deja de conducir, por la carga emocional y psicológica que esto puede representar; el otro, porque desde ese momento recaen sobre él las responsabilidades de conducción en el hogar. En gran medida esto sucedería porque “cuando una persona deja de conducir porque experimenta dificultades que antes no tenía, su cónyuge que aún puede hacerlo podría acabar pasando más tiempo que antes transportando a su pareja y debido a ello tener menos tiempo disponible para sus propias actividades, incluyendo vida social.”, asegura Curl.
Ella recomienda que “… cuando alguien, por razones de edad, comience a plantearse dejar de conducir, debe primero examinar a fondo las opciones viables de transporte alternativo, y si no son lo suficientemente satisfactorias, valorar incluso la posibilidad de irse a vivir a un barrio donde todo lo necesario (tiendas, centro de salud, etcétera) esté lo bastante cerca (o bien comunicado vía transporte público) como para no depender de trayectos en automóvil.

Fuente: noticiasdelaciencia.com

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