Drones, un territorio aún por explorar (y por regular)
Este último año las ventas de drones se han multiplicado. Una gran variedad de precios y modelos (se puede adquirir uno hasta por 40$) ha permitido que un gran número de personas tengan acceso a estos aparatos voladores. Pero su expansión pone nervioso a más de uno que ven en ellos una amenaza contra la seguridad y la privacidad de la población.
La aparición de los drones y su reciente expansión ha generado cierta tensión entre la población. ¿Las razones? La falta de regulación hace que cualquiera pueda manejar uno de estos aparatos y existe la preocupación de que factores como la seguridad o la privacidad se vean afectados. ¿Estamos ante una especie de fobia a los drones?
En junio, un dron colisionó con la Casa Blanca en Estados Unidos, lo que hizo saltar todas las alarmas y alimentó la discusión sobre si los drones suponen o no un peligro para la seguridad y la privacidad ciudadana.
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El dron en cuestión era un modelo del fabricante chino DJI y se puede adquirir por 1000 dólares, pero un modelo básico se puede conseguir hasta por 40 dólares. Esto hace que cualquiera pueda tener acceso a un dron; desde un niño de 12 años a un terrorista de Al Qaeda, como se teme en algunos países amenazados por la organización terrorista.
El caso del dron que colisionó con la residencia del Presidente de EEUU resultó no ser espionaje ni nada parecido, solo fue un empleado del gobierno que lo manejaba en su tiempo libre. Pero esto sirvió para reflexionar sobre la falta de regulación existente con respecto a estos aparatos voladores.
En este sentido hay posiciones enfrentadas, algunos piensan que aún no se debe aplicar regulación para permitir el desarrollo y la innovación en el sector, mientras que otros opinan que este crecimiento en las ventas de tecnología robótica necesita una respuesta por parte de los gobiernos, incluso la creación de departamentos especiales que regulen la tecnología robótica como los drones o los propios autos autónomos, de los que tampoco existe una regulación clara.
LAS VENTAS DE DRONES SE HAN DISPARADO EN EEUU
Barack Obama mostró su preocupación tras el incidente en la Casa Blanca; «he consultado con la Administración Federal de Aviación para examinar cómo estamos manejando esta nueva tecnología», declaró. Y es que la velocidad a la que avanza la ciencia y la tecnología hace que la regulación se quede obsoleta y surjan vacíos legales, tal y como ocurrió y sigue ocurriendo en Internet.
El CEO de la empresa 3D Robotics, Chris Anderson estimó que en 2014 se vendieron medio de millón de drones solo en EEUU. Una cifra espectacular que sin duda crecerá este 2015.
Pero, ¿cómo está regulado el uso de estos aparatos? En EEUU, el uso particular de los drones está permitido de forma que cualquier persona puede volar un dron cuando quiera y donde quiera. En cambio, una empresa necesita una licencia para poder sobrevolar el espacio aéreo con un dron.
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Los autos autónomos tampoco tienen una regulación clara aunque por ahora no están siendo objeto de mucho rechazo por parte de la población, si bien es cierto que aún están en periodo de pruebas y aún faltan años para que estén disponibles para su uso particular.
MUCHAS POSIBILIDADES POR EXPLORAR
En el caso de los drones, su mala fama puede contrastarse con proyectos como el que está desarrollando una startup británica fundada por un ex-ingeniero de la NASA que propone reforestar zonas afectadas por la deforestación a través de potentes drones. Estos sobrevuelan a baja altura lanzando semillas tras realizar un estudio de replantación previo.
El equipo encargado del proyecto asegura que se trata de un método mucho más rápido y eficaz para replantar zonas aisladas o de difícil acceso. ¿Su objetivo? En unos años esperan tener capacidad para plantar mil millones de árboles al año.
Francia, por su parte, comenzará a experimentar con drones para controlar el tráfico. El primer Ministro galo anunció un experimento con drones para reforzar la seguridad en las carreteras. Esta vigilancia estará en primer lugar enfocada a detectar conductas peligrosas, pero esto abre el camino a escenarios donde los drones pudieran identificar infracciones como excesos de velocidad y multar a los conductores.
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¿Se imaginan carreteras sobrevoladas por drones que pudieran multarnos si sobrepasamos los límites de velocidad? Suena un poco amenazador, pero lo cierto es que aún están por descubrir muchas aplicaciones útiles para estas ingeniosas aeronaves. Lo que vendrá después, está por ver.
Fuente: marketwatch, omicrono, dirariomotor