Hacia un transporte público más eficaz
Ecuador quiere cambiar su forma de transportarse. Quiere acabar (o al menos aliviar) con el intenso tráfico en ciudades como Quito y Guayaquil. Proyectos como el metro en Quito o el aerovía en Guayaquil lo demuestran. Pero, ¿están los ecuatorianos dispuestos a dejar el auto en casa y apostar por el transporte público?
Aunque las ventas de vehículos nuevos en 2015 han descendido con respecto al pasado año en casi un 20% (hasta julio de 2015 se vendieron en todo Ecuador 53.224 unidades, mientras que durante el mismo periodo en 2014 se vendieron 66.013 unidades), el tráfico sigue siendo uno de los grandes problemas al que se enfrentan a diario los ecuatorianos.
El descenso en las ventas de autos era algo que se preveía por la reducción de los cupos de importación en cerca de un 54% para este 2015, pero el descenso de las ventas no parece haber aliviado el problema del tráfico. La solución (como en todas las grandes ciudades del mundo) pasa por apostar por un transporte público rápido y eficaz.
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Y parece que últimamente se están dando pasos importantes en esta dirección pues grandes proyectos como el metro y el metroclable de Quito, o el aerovía de Guayaquil ya están en marcha. Para Quito 2018 va a ser un año clave pues es cuando se calcula que finalizarán tanto las obras del metro, como las cuatro líneas del ‘Quito Cable’.
Para 2018 los habitantes de Quito podrán recorrer 22 km bajo tierra gracias al metro, y otros 28 km por aire gracias a los metrocables, que conectarán zonas altas de la ciudad con distintas estaciones de metro. El sistema de Quito Cables será similar al que existe en Medellín desde 2004.
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Las dos primeras líneas unirán los a los barrios Pisulí y La Roldós con la terminal de la Metrovía del sector La Ofelia, y la otra unirá a Mena 2 y La Argelia con el Mercado Mayorista. Una tercera línea enlazará Toctiuco y San Juan con el sector El Tejar y una cuarta, conectará al parque La Carolina con el valle de Tumbaco. En total se podrían beneficiar hasta 120 mil personas.
EL CASO DE GUAYAQUIL
En Guayaquil el problema del tráfico es,si cabe, aún más preocupante. El sistema de transporte público (formado por buses y la metrovía) son insuficientes para abastecer a los más de 3,1 millones de personas que viven y se desplazan a diario en el área metropolitana de la ciudad ecuatoriana.
La buena noticia es que también aquí se están proponiendo soluciones. Un nuevo puente hacia Samborondón y Durán o la construcción de un aerovía son las principales bazas con las que cuenta la ciudad para aliviar esta situación en los próximos años.
¿AEROVÍA, LA SOLUCIÓN A LA CONGESTIÓN?
El pasado marzo se anunció la construcción de un autobús suspendido o aerovía entre Durán, Samborondón y Guayaquil que vendría a sumarse al metrovía como un complemento en el sistema de transporte público.
En principio, el aerovía tendrá dos rutas; Durán-Guayaquil y Samborondón-Guayaquil. Ambas irían a unirse en el Malecón Simón Bolívar, para seguir hacia la calle Quito y de ahí a la plaza del Centenario, donde se puede tomar el Metrovía en la estación que queda en el sector.
Este aerovía cumplirá una función turística (las cabinas se desplazarían a 30 metros de altura) y descongestionante del intenso tráfico entre Durán y Guayaquil, y Samborondón y Guayaquil, dos rutas que sorportan un gran flujo de personas que se trasladan en sus autos a diario.
Este medio de transporte público será capaz de movilizar cada día hasta 40 mil pasajeros, según indicó el consultor César Arias a El Universo. ¿Qué significa esto? Significa que 40 mil personas dejarán de utilizar su coche para movilizarse en transporte público, lo que conllevaría un considerable alivio en el tráfico de la ciudad.
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El precio estimado del pasaje de este transporte sería de $ 0,70 (aunque no es definitivo) y podría estar listo en dos años una vez que se firme el contrato, según ha indicado el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot.
¿Y TÚ, DEJARÍAS EL AUTO EN CASA?
La siguiente cuestión, quizás algo más complicada, es saber si los ecuatorianos están dispuestos a dejar su auto en casa para tomar el transporte público. Factores como la desconfianza, la inseguridad o las denuncias de acoso sexual son algunos de los principales puntos que el transporte público tiene en su contra en Ecuador y otros países de América Latina.
Sin embargo, si las cosas se hacen bien y estos sistemas resultan ser eficientes la población irá poco a poco valorando las ventajas de dejar el auto y los prejuicios en casa. Menos tráfico, menos contaminación, menos horas al volante (igual a menos estrés), etc. No suena del todo mal, ¿no creen?
Fuentes: ElUniverso, eltelegrafo
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