Iluminación: halógenos, xenón o Led, cuál es mejor

El sistema de iluminación de un vehículo es de vital importancia para la seguridad, hace que el conductor vea y que lo detecten los de afuera. En el mercado actual conviven tres alternativas con principios físicos y características diferentes. Cuál de todos es el ideal.

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Desde antes de la aparición del automóvil, incluso en su predecesor (carruajes de tracción a sangre) ya se sabía de la importancia de poder realizar jornadas nocturnas, y para ello se necesita iluminación, principalmente para poder ver por donde se transita… y también para ser visibles por transeúntes u otros choferes.

Así cuando el auto surgió, y se masifico, también hubo que dotarlo de iluminación, aunque las lámparas de aceite de la época distan mucho en potencia de los sistemas que en la actualidad ofrecen los modelos y que ahora vamos a detallar.

HALÓGENAS, EL PRINCIPIO

Después de los candiles, la evaluación avanzó hacia las bombillas incandescentes, estas fueron teniendo diferentes variables como lo son las populares halógenas. Basan su funcionamiento en un filamento de tungsteno dentro de un recipiente sellado con gas inerte y una pequeña cantidad de un componente halógeno (como bromo o yodo). La luz se genera cuando la corriente eléctrica calienta al hilo metálico hasta ponerlo de color rojo blanco.

Esta tecnología se popularizó en la década del 70, aunque claramente la potencia y haz de iluminación de los faros eran menos significativos a los de hoy consiguen. En la actualidad existen elementos para direccionar la luz (antes era necesario un cristal estriado) y al mismo tiempo hacerla más eficiente. Dentro de este grupo, los proyectores con lupa ofrecen una buena potencia, sin embargo tienen que tener regulación para graduar el ángulo de altura y así evitar encandilar a los vehículos que vienen de frente.

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LA EFICIENCIA DE LA ILUMINACIÓN CON XENÓN

A principio de los 90, BMW revolucionó la iluminación en los autos con la posibilidad (de forma opcional) de por poder equipar al Serie 7 con faros de xenón. Básicamente esto significa el uso de una lámpara de descarga de gas (aunque en el proceso interfieren múltiples gases). El sistema consta de dos electrodos separados por un bulbo de cuarzo en cuyo interior está el xenón a alta presión. Hay una central electrónica que genera la descarga de alta tensión necesaria para la puesta en marcha y además controla otras funciones electrónicas.

Este tipo de iluminación obtiene una luz más blanca que la de los halógenos y de mayor intensidad, en un principio, se usaba solo en las luces bajas, y desde 2001 se aplicó en las altas (bi-xenón). Estos sistemas tienen que tener un dispositivo de autonivelación de altura y lavafaros ya que cuando estos se ensucian pierden mucha eficiencia.

LED LA ILUMINACION DEL SIGLO XXI

Proviene de las siglas Light Emitting Diode, o sea es un diodo luminoso. Se trata de una pieza de electrónica fabricada con materiales semiconductores y cuyo propiedad básica es la de conducir la electricidad en un sentido, pero con la particularidad de poder generar luminosidad cuando la corriente corre a través de ellos.

Sus principales ventajas son un haz de iluminación muy blanca, una inercia lumínica prácticamente inexistente (alcanzan su mayor potencia prácticamente cuando se prenden), una larguísima vida útil y un consumo de energía muy bajo. Las contras corren para los ingenieros (y no para los usuarios) que se las tuvieron que rebuscar para poder proteger el Led sin modificar el haz de luz, disipar las temperaturas que generan y al mismo tiempo poder direccionar los faros.

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NO MODIFIQUE SUS FAROS

Los sistemas de iluminación after market están de moda, pero lo general la gente no sabe que no se trata sólo cambiar proyectores halógenos por xenón y listo. Para que un cambio de sistema de iluminación sea realmente eficiente hay que modificar múltiples parámetros del auto en general (componentes eléctricos, materiales e incluso en algunos casos la compatibilidad de ángulos y de altura de vehículo). De modo contrario sólo se conseguirá la ilusión de una mejor iluminación y el encandilamiento del que viene de frente. Incluso en algunos países está determinantemente prohibido modificar (sin homologación mediante) este tipo de parámetros.

Por eso en la mayoría de los casos es preferible mantener el sistema de iluminación que viene de fábrica, y se quiere cambiar hay asesorarse, si la legislatura del país lo permite y que la modificación tendrá más beneficios que contras.

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