IndyCar y sus dramáticos cierres de campeonato
Por duodécimo año consecutivo, las características de una categoría de autos como la IndyCar dan como resultado una definición de campeonato que llega hasta la última fecha del calendario.
Este fin de semana, el circuito permanente de Sonoma, California, será la sede de una nueva batalla, en la que seis pilotos tienen posibilidades matemáticas para apropiarse de la Astor Cup: Josef Newgarden cuenta con tres puntos más que Scott Dixon, mientras Helio Castroneves, Simon Pagenaud, Will Power y Alexander Rossi permanecen con opción matemática.
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En la historia del automovilismo de fórmulas estadounidenses, se ha definido al monarca en la fecha final en innumerables ocasiones; en 15, la diferencia final entre primero y segundo lugar fue de 10 puntos o menos. Cuatro han resultado en empates, lo que demuestra que el espectáculo y la tensión son tan electrizantes como otras categorías.
A continuación, enumeramos cinco las mejores definiciones.
NO. 5: EL CAPITÁN AMÉRICA, EN LO MÁS ALTO
Will Power tenía todo para romper con su sequía de títulos en IndyCar en 2012, luego de dos años de sufrir accidentes en la última carrera y ser derrotado, en ambas ocasiones, por Dario Franchitti.
Llegó el superóvalo de Fontana, en California, donde el australiano aventajaba a Ryan Hunter-Reay por 17 puntos; sin embargo, un accidente en la primera parte de las 500 millas de recorrido volvió a condenar al australiano, quien a pesar de tener reparaciones, quedó en 24° puesto.
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El estadounidense, por su parte, sobrevivió a una carrera son altibajos, al arrancar 22°, esquivar choques, incluyendo el de Power y uno de Takuma Sato en la última vuelta, y concluir cuarto, convirtiéndose en campeón con solo tres puntos de separación ante su adversario, quien esperó dos años más para terminar con su maleficio.
NO. 4: TODO QUEDA EN FAMILIA
Desde los años 80 y hasta 2003, CART/Champ Car utilizó un sistema en el que el ganador podía lograr hasta 22 puntos (20 por ser primero, uno por lograr la pole position y uno por liderar la mayor cantidad de vueltas). En este contexto se desarrolló la batalla entre Al Unser padre y su hijo, Al Unser Jr., cuya consistencia les ayudó a superar a rivales como Mario Andretti, Emerson Fittipaldi y Bobby Rahal.
Una victoria en la penúltima cita del año llevó a “Big Al” tomar la delantera, aventajando por tres unidades a “Little Al”; en la competencia final, en Tiamiami Park, en Miami, un rebase tardío a Roberto Moreno le permitió Unser Sr. terminar en cuarta plaza, vencer a su hijo, tercero en la prueba, por un punto y obtener el tricampeonato.
NO. 3: PUNTO PARA HORNISH JR.
Cuatro pilotos llegaron a la última fecha de la Indy Racing League (IRL) de 2006 con la esperanza de alzar el trofeo de campeón: Helio Castroneves era líder, un punto delante de Sam Hornish Jr.; Dan Wheldon tenía déficit de 19 y Dixon, de 21.
Este cuarteto se apropió del espectáculo en el óvalo de Chicagoland, al clasificar y finalizar en los primeros cuatro lugares. Wheldon, quien era el campeón reinante del serial, dominó la jornada y se quedó con la bandera a cuadros, pero Hornish Jr. culminó tercero y obtuvo la pole. Ambos empataron, pero este último se anotó su tricampeonato gracias a sus cuatro triunfos, contra las dos del británico.
NO. 2: 500 MILLAS DE EMOCIONES
En 1999, Colombia vibró con uno de los cierres más dramáticos que vivió CART/Champ Car gracias a Juan Pablo Montoya, quien tras coronarse en la Fórmula 3000 Internacional, se hizo de un nombre en Estados Unidos.
Siete victorias como debutante lo llevaron a ganarse el respeto del paddock; sin embargo, cinco abandonos hicieron que luchara contra la consistencia de Dario Franchitti, quien arrancó la carrera final con tres éxitos y ventaja de nueve unidades.
Una larga jornada de 500 millas en Fontana, recordada por el triunfo estratégico de Adrián Fernández y el accidente fatal de Greg Moore, vieron a Montoya llegar en cuarto sitio e igualar en puntos con Franchitti, décimo en el orden; el bogotano se benefició en el desempate por la cantidad de visitas a lo más alto del pódium.
NO. 1: LA IMPROBABLE DE DIXON
Es por eso, lo que se suscitó en 2015 no tiene algún calificativo para describir el vaivén de emociones que el destino tiene preparado. En su segundo año de su segunda etapa en la especialidad, Montoya tenía todo a su favor, en especial con su segundo triunfo en la Indy 500 y por haber encabezado el certamen de IndyCar durante todo el año.
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Pero en la última competencia, celebrada en el circuito mixto de Sonoma, nada salió a favor suyo ni de Team Penske, al tener un incidente con su coequipero Power que lo hizo perder terreno. Dixon logró la victoria, lideró la mayor cantidad de vueltas y tomó ventaja de la impartición de puntaje doble, totalizando 103 unidades; Montoya logró cruzar la meta en sexto, pero la diferencia de 47 puntos que tenía ante el neozelandés se esfumó.
Los dos finalizaron con la misma cantidad de puntos, pero Dixon logró más victorias (tres contra dos), lo que lo hizo tetracampeón de la serie (Ojo, estos dos cierres no necesariamente deben tener este orden, pero la narrativa obliga a acomodarlos de tal modo).
El cuarto año en el que se produjo un empate ocurrió en la temporada inaugural de la IRL/IndyCar, en 1996, que consistió de tres carreras; se declaró que Buzz Calkins y Scott Sharp fueran co campeones.
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