Kurt Busch rompió el maleficio en Daytona
En su 17° aparición en la carrera más importante de la NASCAR, Kurt Busch tuvo el suficiente combustible para darle la bienvenida a Monster Energy como patrocinador de la Cup Series.
Luego de que se presentaran tres cambios de liderato en las últimas cuatro vueltas, el piloto de Las Vegas superó al maltrecho auto de Chase Elliott y Kyle Larson para quedarse con las “500 Millas de Daytona”, una prueba en la que se había quedado cerca de la gloria durante muchos años.
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Busch, quien se coronó en la categoría en 2004, fue uno de los varios participantes que tuvieran que afrontar la adversidad durante la jornada del domingo, al involucrarse en uno de los cuatro accidentes con más de 5 máquinas involucradas, ocurriendo esto en el giro 137, cuando Trevor Bayne y Jimmie Johnson se tocaron en la curva 3.
Ante el nuevo reglamento deportivo, quedó a momentos de no poder volver a pista, al casi superar el límite de cinco minutos que cada auto tiene para reparar su respectiva máquina; pero al tener desperfectos menores, no redujo la marcha y se posicionó, para el sprint final de 47 vueltas, como el único auto Ford en el Top 5, aunque con un poquito de más carga de combustible, al aprovechar las visitas a boxes para reparaciones.
Así, desde la cuarta plaza, se dedicó a esperar la reacción de sus rivales, misma que inició cuando Elliott se quedó sin combustible en el penúltimo paso por meta.
OTRA JORNADA DE ACCIDENTES
Después de un primer tramo relativamente limpio, en el que solo hubo un incidente, la segunda etapa, que forma parte de un nuevo formato de competencia y consiste en la implementación de Etapas, se caracterizó porque la estrategia se hizo más evidente: los Toyota de Joe Gibbs Racing y Furniture Row Racing se detuvieron anticipadamente, tratando de conseguir una buena posición en pista cuando apareciera la bandera amarilla.
Sin embargo, el accidente que cambió la dinámica de las 500 Millas lo ocasionó Kyle Busch, al trompear en la curva 3, pasada a mitad del recorrido, a causa de un neumático desinflado, llevándose consigo a Dale Earnhardt Jr., Erik Jones y Matt Kenseth. Los cuatro abandonaron la carrera.
Debido a reparaciones en la zona, la bandera roja salió por 17 minutos, y aunque valieron la pena para completar el segmento, gracias a que Kevin Harvick y Joey Logano protagonizaron un final cerrado, esto quedó en el olvido al arranque del Stage 3, en el que llegó el segundo Big One, cortesía de Trevor Bayne y Jimmie Johnson, sacando de contención a Danica Patrick, Chris Buescher, Clint Bowyer y DJ Kennington. 16 máquinas tuvieron daño.
A esto le siguió otra colisión de cinco máquinas, incluyendo a Blaney, y una más con 11 coches afectados, incluyendo a Elliott, Brad Keselowski y el ganador defensor Denny Hamlin.
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La octava y última bandera amarilla, ocurrida por un golpe entre Elliott, Joey Gase y Brendan Gaughan, generó la situación comprometedora en cuanto al combustible; esto completó una serie de incidentes que plagaron la actividad de Cup, la Xfinity Series, la Truck Series y la serie ARCA durante los últimos ocho días.
DEBUT CON PROBLEMAS
Para Daniel Suárez, el fin de semana fue de mucho aprendizaje y nula suerte, lo cual es frecuente en los dos superóvalos del calendario, Daytona y Talladega.
El mexicano comenzó de forma conservadora, corriendo en un grupo de autos secundario, hasta que al detenerse con sus coequiperos de Joe Gibbs Racing, sufrió una sanción por exceder velocidad en pits, por lo que cumplió con un drive-through y perdió dos vueltas ante los líderes, mismas que recuperó hasta el final de la segunda etapa y no sin antes esquivar el accidente de sus coequiperos.
Tras la siguientes dos carambolas, el regiomontano no pudo evitar al coche trompeado de Jamie McMurray y terminó, con el frente destruido, en el pasto de la recta trasera; en el orden, se quedó con la posición 29.
“No siento que haya hecho un buen trabajo en la primera mitad de la carrera”, dijo. “Cometí muchos errores. No fui capaz de reducir la marcha lo suficiente en mi cajón y después tuve dos errores. Pudimos ser capaces de sobreponernos y colocarnos de vuelta en el juego, y estaba listo para correr porque había cuidado mucho mi coche”.
Un total de ocho encadenamientos aparecieron en la competencia, que tuvo 3 horas y 29 minutos de duración; 25 de los 50 participantes llegaron al final en tanto que el margen de victoria final fue de 228 milésimas, siendo la 19° edición con diferencia de menos de un segundo entre el Top 2.
BUSCH TOMÓ REVANCHA
Busch era el piloto en activo con más participaciones en las “500 Millas de Daytona” sin haberse quedado con el trofeo Harvey J. Earl; en 2003, rodaba segundo cuando la lluvia terminó anticipadamente la competencia, a favor de Michael Waltrip. Dos años más tarde, no tuvo tiempo para superar a Jeff Gordon en tanto que en 2008, fue quien ayudó a Ryan Newman a alzar la bandera a cuadros.
Asimismo, en 2015 le fue prohibido participar al ser acusado de un caso de violencia doméstica, mismo que nunca se comprobó; a pesar de involucrarse en diversas controversias, dentro y fuera de la pista, el piloto de 38 años de edad se ha convertido en un caso de perseverancia.
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Con esto, Tony Stewart se convierte en ganador del evento por primera ocasión, en calidad de propietario, al igual que Gene Haas y el jefe de mecánicos Tony Gibson, quien es originario de Daytona Beach; para Ford, es su 15° éxito en la “Gran Carrera Americana”, quinto en las últimas nueve ediciones, haciéndolo con un noveno equipo diferente, y convirtiéndose en el No. 80 para el modelo Fusion.
Coincidentemente, Busch es patrocinado por Monster Energy, la compañía de bebidas energéticas que debuta este año como auspiciador principal de la primera división de NASCAR.
La temporada continúa el siguiente domingo, en el óvalo de Atlanta, considerado como el inicio «real» de la campaña al reflejar más notoriamente el desempeño de los equipos.