Mazda CX-3: la irreverencia de vender un diésel en Japón
El Mazda CX-3 se comercializará únicamente con un motor diésel, lo cual es casi una provocación en un mercado en el que los diésel representan una porción marginal de las ventas. ¿Qué ha llevado a Mazda a tomar esta decisión?
Mazda ha conseguido convencer a sus clientes japoneses de que sus diésel son una alternativa interesante. El 75% de las ventas de CX-5 en Japón son diésel.
El CX-5 supuso un auténtico cambio de las reglas del juego en Japón. Su tecnología de motores SKYACTIV-D, su eficiencia y, sobre todo, la limpieza de la combustión para cumplir con la normativa de emisiones «Euro VI» sin requerir un tratamiento adicional de emisiones de NOx mediante AdBlue o “NOx-trap”, fue suficiente para convencer al cliente japonés de que el diésel, al menos en estas condiciones, sí era una alternativa interesante.
Mazda acaparó más de la mitad de los diésel que se vendieron en 2014 en Japón.
A día de hoy, un 75% de los compradores de Mazda CX-5 en Japón escogen diésel. Sin ir más lejos, Mazda consiguió hacerse con más de la mitad de las ventas diésel que se produjeron en Japón en 2014, más de la mitad de 79.222 unidades.
El Mazda CX-3 se comercializará en Japón únicamente con el motor SKYACTIV-D 1.5, con la posibilidad de escogerlo con tracción a dos o cuatro ruedas, y con cambio automático o manual. Mazda espera que el nuevo CX-3 venda al menos 36.000 unidades en Japón al año, de las 150.000 que esperan vender en todo el mundo.
Con estas cifras, el Mazda CX-3 se convertiría en su segundo modelo más vendido tras el Axela, conocido como Mazda 3 en Europa.
Fuente: Automotive News – D.M.