Perry McCarthy: ¿el peor o el menos suertudo?

Este piloto participó en 11 Grandes Premios sin conseguir la clasificación en ninguno. Conoce a Perry McCarthy.

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Perry McCarthy es hoy en día comentarista para la BBC. Actualmente, McCarthy se dedica a participar con su voz y opiniones en las carreras de autos que transmite la televisora británica, pero en algún momento de su vida lo hizo sobre las pistas y al volante de uno de los bólidos de la F1.

Sin embargo, este piloto de origen inglés no es precisamente reconocido por sus grandes actuaciones o sus numerosos triunfos, sino por todo lo contrario. A Perry, cuando se le recuerda, no se sabe si considerársele como un mal piloto o uno con poca fortuna. Y es que este McCarthy participó – brevemente – en F1 tratando de calificar a 11 Grandes Premios ¡sin conseguirlo en ninguno!

Lo curioso es que el inglés no era precisamente malo. De hecho su problema nunca fue ser un mal piloto.

Perry McCarthy, su historia

Diamante en bruto

Nacido en Stepney, East London, McCarthy no siguió un camino natural hacia la Fórmula Uno. De hecho, ni el mismo McCarthy pensó que llegaría tan lejos. Creció pensando en que iba a terminar trabajando en la compañía de su padre, North Sea Oil Rigs. 

Su pasión por los autos en realidad se originó gracias al modelo Jaguar de su padre, que levantó en Perry gran admiración por los coches. Esa admiración lo hizo participar apoyado por su padre en varias categorías europeas. A diferencia de la mayoría de los pilotos de Fórmula Uno, McCarthy no comenzó su carrera compitiendo en la serie Kart, sino que hizo su camino a corriendo en las categorías junior del deporte automotor de Europa, tal como la Fórmula Ford,  Fórmula 3 y eventualmente la F3000.

Mala Suerte

A McCarthy le sobraban aptitudes pero una ola de mala suerte asolaba su carrera. Durante sus años en la Fórmula Ford, parecía que todo iba bien. Incluso llegó a ser un destacado piloto de la categoría ganando algunos premios. Sin embargo, justo cuando estaba en un buen momento, llegó el año de 1984. McCarthy se estrelló sufriendo una fuerte lesión en la pierna y una contusión que lo alejaría de las pistas. Hizo falta una larga recuperación para que McCarthy lo volviera a intentar en la Fórmula 3.

En F3, el inglés encontró algo que siempre le fue muy difícil encontrar: patrocinio. Desde Essex llegó el dinero para competir, pero no los resultados. McCarthy solía decir que alguien en algún lado estaba jugándole una mala broma. En F3, los choques siguieron y con ellos su pierna sufrió más dañó. Ahora tres meses fuera. Retomar el momentum que alguna vez tuvo, le costó años y la victoria se veía lejana.

F3000: parteaguas

Tras una larga convalecencia de ocho meses, McCarthy decidió intentarlo ahora en la F3000. Pero el piloto no consiguió el apoyo financiero necesario. Técnicamente pulcro y buen piloto, sus resultados no lo avalaban y el tiempo seguía su marcha. El inglés vio su carrera reducida a ser suplente de pilotos de F3000 que no podían correr o bien a tomar el asiento de equipos que nadie quería.

Sus compañeros de F3000 en otros equipos, veían la determinación del piloto y lo apoyaron con equipo y combustible. Un buen piloto, rápido, determinado y hábil, pero que no conseguía un buen equipo ni lograba una actuación que lo catapultara. Hasta que la oportunidad, literalmente, llamó a casa.

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Fórmula Uno

A inicio del 1992, un conocido lo llamó a casa para decirle que el equipo Andrea Moda de F1 estaba a punto de despedir a sus pilotos y necesitaba reemplazos. Lo mejor es que el nombre de McCarthy sonaba fuerte en las oficinas de Andrea Moda. Perry fue llamado a una entrevista. Con poco que ofrecer y un palmarés breve, la necesidad del equipo fue mayor y contrataron a Perry para acompañar a Roberto Moreno como piloto de la escudería.

Así llegó McCarthy a la Fórmula Uno, con el equipo Andrea Moda; un equipo desorganizado, poco competitivo y pobremente dirigido. Y así comenzó una penosa y breve carrera que lo puso en once ocasiones a buscar la clasificación a un Gran Premio y que lo llevó a fracasar el mismo número de ocasiones. De entrada, a McCarthy le costó mucho obtener su licencia de piloto para esta categoría debido precisamente a su precario palmarés. Y cuando la consiguió, se la quitaron inmediatamente.

La mala suerte lo seguía. En Brasil, su primer intento por participar en el Gran Premio, no pudo hacerlo porque la FIA se arrepintió de darle la licencia y se la quitó justo antes de la carrera. En España, ya con licencia nueva, arrancó y tan sólo diez yardas después el auto se detuvo y no arrancó más. Debido a los entonces arcaicos métodos de los equipos de mecánicos de la F1, el auto no pudo ser reparado.

A España, le siguieron San Marino, Monaco, Canadá, Francia, Gran Bretaña, Alemania, Hungría, Bélgica e Italia.

Alguna vez, el propio McCarthy mencionó que era el piloto con menos suerte del mundo. Y quizá así era. Y Justo cuando comenzaba a tomar ritmo de F1, al final de la temporada Andrea Moda entro en problemas legales y financieros y el equipo desapareció dejando a McCarthy sin equipo y sin oportunidades en la categoría. Eso fue todo para McCarthy.

A la F1 le siguió una carrera similar en LeMans y finalmente Perry McCarthy dejó las pistas.

Actualidad

McCarthy nunca se ha deslindado del automovilismo. No sólo ha incursionado en la televisión como comentarista, sino que es muy reconocido por ser Stig, el misterioso piloto del popular programa Top Gear. Esta es quizá su mejor actuación al volante.

Paradójicamente, si en algo coinciden los compañeros de Perry no es sólo en que en verdad tenía mala suerte, sino en que McCarthy pese a todo, tenía un carácter afable y una personalidad atractiva. La misma mala suerte que siguió a McCarthy toda su vida, le templó el carácter e hizo que su determinación en lo profesional y personal no pasara desapercibida. Curiosamente, hoy es un reconocido  y exitoso orador y conferencista. Las vueltas de la vida: la mala suerte no es eterna.

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Fuente: mirror.co.uk, thetimes.co.uk, carmagazine.co.uk,