Rosberg: 10 años para llegar a la cima de la F1

Políglota, pero que no habla una de sus dos lenguas natales. Miembro de un proyecto que comenzó al lado de una leyenda. Y ahora, Nico Rosberg es nuevo Campeón Mundial de Fórmula 1.

El originario de Wiesbaden, Alemania, esperó 10 años, 11 temporadas y 206 participaciones para alcanzar la gloria en la Máxima Categoría, al ganar el certamen de 2016 con la escudería Mercedes AMG en un año en el que la consistencia y fiabilidad de su auto fueron la clave para vencer a Lewis Hamilton, su némesis durante las últimas dos temporadas.

“Definitivamente esa no fue la carrera más disfrutable que he tenido. Con Max en el inicio y después con ellos alcanzando en el final, realmente no disfruté esas últimas vueltas. Estoy complacido de que haya acabado y estoy increíblemente aliviado”, aseguró en conferencia de prensa.

SU TRAYECTORIA

Nacido el 27 de junio de 1985, casi tres años después de que su padre Keijo se consagrara en el serial, en un 1982 que resultó muy particular, ya que solo le bastó con ganar un Gran Premio (Suiza) pero que fue, junto con lo logrado por Alan Jones, el inicio de la formación de un equipo tan reconocido como Williams. Con el tiempo, aprendió a hablar inglés, español, italiano, francés y alemán, siendo esta última la nacionalidad que adoptó ante la FIA.

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Su carrera comenzó durante los años 90 al correr en karting y competir ante su amigo Hamilton; con 17 años ascendió a los monoplazas al debutar en la Formula BMW, ganando 9 de 20 competencias y accediendo a un test con Williams, tal como lo quiso el destino, siendo en su momento el piloto más joven en manejar un coche de F1. En total hizo tres pruebas: Barcelona en diciembre de 2002 y enero de 2004, y Jerez en diciembre de 2003.

Los siguientes dos años, bajo el cobijo de “Keke”, participó en la Fórmula 3 Euroseries, aunque no logró el titulo; sin embargo, en 2005 dio el salto a la nueva GP2 Series, en la que al volante de un vehículo de ART Grand Prix, aprovechando la irregularidad de Heikki Kovalainen en el tramo final de campaña.

Llegó 2006. Con él, su debut en la Máxima con Williams, prolongando la historia de su padre y haciendo mancuerna con Mark Webber. Fue en Bahrein, el 12 de marzo, en una época en la que Michael Schumacher y Fernando Alonso, Ferrari y Renault, eran las referencias.

Ese día finalizó séptimo, siendo en ese momento el tercer hombre más joven en sumar puntos (al final de 2016 es el noveno más joven) y el de menor edad en establecer una vuelta récord (Max Verstappen le quitó ese honor en Brasil, a mediados de noviembre).

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Pero desde ahí comenzó una lucha contracorriente, al no poder llevar a su escuadra a ser importante en la serie y solo sumar un pódium (tercero en Australia 2008) en los siguientes cuatro años. Lo mejor que cosechó fue un séptimo puesto general en 2009, aprovechando los cambios en las normativas para ese año.

LA LLEGADA A CASA

Pero rumbo a 2010, Mercedes compró al campeón Brawn GP e hizo una formación 100% alemana, sacó del retiro a Schumacher y contratando a Rosberg, quien a pesar de seguir detrás de los primeros planos, superó al “Kaiser” en todas las estadísticas durante los siguientes tres años. 111 arranques después del debut, llegó el primer triunfo: China, en un día en el que fue intocable, al lograr la pole position y dominar casi todo el recorrido.

Triunfos en Monaco y Gran Bretaña enmarcaron su 2013, ya con Hamilton como su coequipero, pero hasta el cambio en las reglas de motorización en el año siguiente fue que el plan quinquenal de la marca alemana se consolidó, para convertirse en dueña de la F1.

Nico estuvo a la sombra del británico durante dos años, sintiendo la presión durante los Grandes Premios, pero 2016 fue su año: sin ganar la mayor cantidad de competencias, venció en las primeras cuatro, se adueñó de las calles de Montecarlo por tercer año al hilo y quedó con 11 poles, además de no bajar del pódium en las últimas nueve citas y juntar dos “Grand Chelems”.

LA CONSAGRACIÓN

El elemento importante de su recuperación, según su punto de vista, fue la fortaleza psicológica que mostró después de que el mismo Hamilton ganara el tricampeonato en Austin, cuando le regaló la victoria después de salirse de pista.

“Por supuesto es un ingrediente clave, por eso estoy aquí. Es continuo. Se trata del acercamiento que he tomado hacia mí. Todos tienen su propia manera; para mí, eso se siente mejor y he aprendido a enfocarme duro. Toma mucho sacrificio para estar enfocado durante todo el año”, dijo.

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Como lo mostró en un video que publicó en sus redes sociales, Rosberg ha destacado el apoyo de parte de sus padres a lo largo de su vida fue el aspecto más importante para llegar a este punto, desde los consejos antes de cada carrera hasta en lo personal, lo que también le ha ayudado a forjar su propio camino en todos los frentes.

“Creo que ha sido bueno cómo él me ha dejado ir en ello (su carrera) y luego dar un paso atrás. Eso ha sido muy bueno, ha trabajado bien para nosotros y para mí, se siente bien, entonces estoy muy agradecido por ello”, aseguró.

Nueve victorias, ocho pole positions, 20 arranques en primera fila, 16 podiums, 488 vueltas lideradas y el 94.8% de los giros completados fueron sus números durante el año; todos los apartados, a excepción de las posiciones de privilegio, son récords personales.

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