Tony Stewart y el legado que deja en NASCAR

Tony Stewart, uno de los personajes más singulares y exitosos del automovilismo norteamericano, se retira de la serie NASCAR, la cual lo vio consagrarse en tres ocasiones.

Pocos hombres pueden presumir haber dejado huella en múltiples seriales estadounidenses, además de crear una fanaticada leal y apasionada. Justo como la de su ídolo. El originario de Columbus, Indiana, un incansable corredor en todo tipo de vehículos, en toda modalidad de circuitos, sin importar si es un autódromo grande o una pista situada en medio de la nada, colgará el casco después de la final de la Copa Sprint, a realizarse en Miami, Florida.

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Y es que con más de 25 años de trayectoria, éxitos, tragedias y anécdotas, “Smoke” se ganó el corazón y respeto de los aficionados, pilotos y promotores, como pocos; sin embargo, la evolución del deporte junto con la llegada de las nuevas generaciones, sin mencionar sus resultados recientes, habrán adelantado su retiro a nivel profesional, aunque no en el ámbito regional, ya que ha amenazado con seguir en las “raíces» del deporte americano, los sprint cars.

Tony Stewart, los inicios

Nacido el 20 de mayo de 1971, Tony Stewart comenzó su trayectoria en los “midgets”, autos que compiten en pistas de tierra, logrando tres campeonatos sancionados por el United States Auto Club (USAC) entre 1994 y 1995; eventualmente, comenzó a tomar experiencia en monoplazas, en la Indy Racing League, y en stock cars, en la Busch (hoy Xfinity) Series.

Así, en 1997 se convirtió en campeón en la IRL, a pesar de que nunca pudo alcanzar uno de sus sueños más anhelados: las “500 Millas de Indianapolis”, prueba en la que fue quinto en 1997 y sexto en 2001. Tres triunfos en dicho serial fueron suficientes, ya que el crecimiento de la NASCAR y la “guerra civil” entre CART e IRL, derivaron en que enfocara su carrera en la primera alternativa.

Gracias a Joe Gibbs, ganador de tres anillos de Super Bowl en la NFL, la carrera de Stewart tomó impulso, primero en la Busch Series y después en la llamada Winston Cup, en la que logró sus primeras tres victorias en 1999, su primer año de tiempo completo.

Mientras Gordon, Earnhardt, Jarrett y Labonte eran los nombres predominantes en el nuevo milenio, Stewart siguió reclamando su propia reputación, al pelear sin temor ante las máquinas más competitivas del serial; los títulos de “Novato del Año” en aquel ‘99, sumado a sus nueve triunfos en dos temporadas, lo catapultaron al estrellato, siempre bajo la tutela de Gibbs y los icónicos colores de The Home Depot.

LA CONSOLIDACIÓN

Llegó 2002 y su primer campeonato, luego de recuperarse de una lesión a media campaña, aunque sin ausentarse en algún evento; el segundo título llegó en 2005, después de encenderse en el verano y ser imbatible tanto en la temporada regular como en la fase de playoffs.

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Los siguientes tres años se caracterizaron por su peculiar temperamento dentro y fuera de pista, pero siempre con presencia en el Círculo de Ganadores, hasta que en 2009 se convirtió en co-propietario del Stewart-Haas Racing, a lado de Gene Haas, con el que logró su tercer y último campeonato en 2011, tras una épica batalla contra Carl Edwards en las últimas 10 competencias.

Al terminar empatados en puntos, incluyendo en la final de Homestead, el criterio de desempate por victorias lo favoreció.

Siempre leal a Chevrolet, ahora portando el No. 14 de su héroe AJ Foyt y con su personalidad agresiva, pero única, Stewart ha vivido una batalla cuesta arriba en los últimos años: 29no, 25to y 28vo en el ranking del serial; dos lesiones, una a mediados de 2013 y otra a inicios de 2016, sumado a un incidente que terminó con la vida de Kevin Ward Jr. en 2014, en un evento de sprint cars, influyeron en los resultados, conducta y perspectiva hacia el deporte que adora.

Paralelamente, el correr en un serial que comenzaba a discrepar con su filosofía, le hicieron tomar la decisión de retirarse de NASCAR en 2016, no antes sin ganar una vez más y clasificando a los playoffs, aunque eventualmente fue eliminado de la contienda. Además de Indy, el otro hueco que queda en su sala de trofeos fue el de las “500 Millas de Daytona”, pero lo compensó al ganar la “Brickyard 400” en Indianapolis en dos oportunidades.

EL LEGADO DE STEWART

49 victorias que lo colocan en el lugar 13 de la estadística histórica, sus tres títulos como piloto y otros dos como dueño de escudería, así como el hecho de ser el único en ganar una Copa Winston, una Copa Nextel y una Copa Sprint, le merecerán pronto un lugar en el Salón de la Fama de NASCAR.

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Fuera de la categoría, Stewart ha sido uno de los que más ha contribuido al desarrollo y promoción de las carreras regionales en Estados Unidos; actualmente posee un serial y una escudería de sprint cars, además de ser co propietario de tres pistas de tierra, entre ellas Eldora Speedway, localizada en Ohio, la cual es una de las más populares.

Esta modalidad de carreras son las que, según él, representan la esencia del deporte, por lo que a pesar de los altibajos, no dejará de participar en ellas.

Apasionado. Imponente, pero siempre respetado. El trotamundos. Así como otros nombres históricos, Tony Stewart se va por la puerta grande y a su estilo de NASCAR, cerrando otro capítulo importante de la historia, pero que dejó una marca profunda dentro de los seguidores del automovilismo. Durante este año, promotores, pilotos y patrocinadores le han rendido homenajes que han conmovido a más de uno, siendo Mobil 1 el caso más reciente.

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